viernes, 20 de julio de 2012

Volvemos a Akropong


Estoy en casa esperando a que Jaume y Wisdom vengan  buscarme para ir a buscar el pastel de cumpleaños para mañana. La niña está a mi lado viendo la tele, un culebrón venezolano traducido al inglés y con las escenas más subidas de tono cortadas, pero así, a lo bruto. Naana, mi madre, está en la cocina con su hermano preparando fufu. Me encanta la música del palo de preparar fufu, me da sueño. Me recuerda a los domingos del año pasado aquí en Ghana. Al volver de la iglesia dormía la siesta con el palo del fufu como banda sonora, y al despertarme ya estaba en la mesa listo para comer. Naana sabe que me encanta el fufu, es nuestra comida de sábado y domingo, pero hoy me ha querido sorprender y la verdad es que tengo hambre y ya me queda poquito para poder disfrutar de la comida Ghanesa.
Esta mañana hemos visitado a los niños de la escuela de ciegos de Akropong. Me he acordado de mi profesor de NEE de este año y mis compañeros, muchos de ellos hubieran disfrutado muchísimo. Les hemos llevado el material que Jose y Merche habían comprado (por cierto, la directora os manda un abrazo), las monturas de gafas, una impresora láser, 20 galons de desinfectante, 30 cepillos y 24 paquetes de 300 hojas braille cada paquete. También hemos pagado para que el carpintero haga 10 mesas y 10 sillas adaptadas. Ha sido una experiencia preciosa, nos han dado las gracias y nos han hecho hablar. Lo único que les he podido decir es que no permitan que su discapacidad les encasille y que trabajen duro para conseguir aquello que quieren. Son personas que no necesitan de nuestra simpatía, sino empatía.
Se reían al oírme chapurrear un poco de Twi, supongo que no se lo esperaban.
El otro día en las noticias se habló de uno de ellos, tiene mucho talento para rapear, asi que cuando le he reconocido le he pedido que rapease un poco, y la sorpresa ha sido que son varios los que rapean (de varias edades), lo hemos pasado genial.
Realmente tiene talento, me ha contado que empezó a los 15 (ahora tiene 21), escribe sus propias letras… una experiencia increíble. Después hemos ido a ver cómo iba el trabajo en sus talleres, allí estaban los mismos alumnos que la semana pasada y hemos podido ver el progreso, es alucinante cómo trabajan. Nerea y yo hemos comprado varios de sus productos y les hemos hecho fotos. La visita se nos ha hecho corta pero teníamos que volver.
Aprovecho el blog para volver a decir que necesitan voluntarios, ellos mismos les entrenan, a ver si alguien se anima!
Y mañana de excursión a Aburi con los peques del orfanato, qué rápido pasa el tiempo cuando se disfruta! Ojala pudiese pasar aquí el mismo tiempo que el año pasado, esta visita se me ha quedado corta.

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