Estoy en casa esperando a que
Jaume y Wisdom vengan buscarme para ir a
buscar el pastel de cumpleaños para mañana. La niña está a mi lado viendo la
tele, un culebrón venezolano traducido al inglés y con las escenas más subidas
de tono cortadas, pero así, a lo bruto. Naana, mi madre, está en la cocina con
su hermano preparando fufu. Me encanta la música del palo de preparar fufu, me
da sueño. Me recuerda a los domingos del año pasado aquí en Ghana. Al volver de
la iglesia dormía la siesta con el palo del fufu como banda sonora, y al
despertarme ya estaba en la mesa listo para comer. Naana sabe que me encanta el
fufu, es nuestra comida de sábado y domingo, pero hoy me ha querido sorprender
y la verdad es que tengo hambre y ya me queda poquito para poder disfrutar de
la comida Ghanesa.
Esta mañana hemos visitado a los
niños de la escuela de ciegos de Akropong. Me he acordado de mi profesor de NEE
de este año y mis compañeros, muchos de ellos hubieran disfrutado muchísimo.
Les hemos llevado el material que Jose y Merche habían comprado (por cierto, la
directora os manda un abrazo), las monturas de gafas, una impresora láser, 20
galons de desinfectante, 30 cepillos y 24 paquetes de 300 hojas braille cada
paquete. También hemos pagado para que el carpintero haga 10 mesas y 10 sillas
adaptadas. Ha sido una experiencia preciosa, nos han dado las gracias y nos han
hecho hablar. Lo único que les he podido decir es que no permitan que su
discapacidad les encasille y que trabajen duro para conseguir aquello que
quieren. Son personas que no necesitan de nuestra simpatía, sino empatía.
Se reían al oírme chapurrear un
poco de Twi, supongo que no se lo esperaban.
El otro día en las noticias se
habló de uno de ellos, tiene mucho talento para rapear, asi que cuando le he
reconocido le he pedido que rapease un poco, y la sorpresa ha sido que son
varios los que rapean (de varias edades), lo hemos pasado genial.
Realmente tiene talento, me ha
contado que empezó a los 15 (ahora tiene 21), escribe sus propias letras… una
experiencia increíble. Después hemos ido a ver cómo iba el trabajo en sus
talleres, allí estaban los mismos alumnos que la semana pasada y hemos podido
ver el progreso, es alucinante cómo trabajan. Nerea y yo hemos comprado varios
de sus productos y les hemos hecho fotos. La visita se nos ha hecho corta pero
teníamos que volver.
Aprovecho el blog para volver a
decir que necesitan voluntarios, ellos mismos les entrenan, a ver si alguien se
anima!
Y mañana de excursión a Aburi con
los peques del orfanato, qué rápido pasa el tiempo cuando se disfruta! Ojala
pudiese pasar aquí el mismo tiempo que el año pasado, esta visita se me ha
quedado corta.
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